Cristian Gutiérrez, director de Fenalco Tolima, analiza los impactos para una de las ciudades más afectadas por el desempleo en Colombia.
Ibagué, una ciudad con un índice de desempleo que la posiciona en el tercer lugar a nivel nacional, enfrenta un futuro incierto ante la implementación de la nueva reforma laboral. En entrevista con el director ejecutivo de Fenalco Tolima, Cristian Gutiérrez, se discutió cómo los artículos ya aprobados de esta reforma podrían repercutir en la generación de empleo local, y las preocupaciones que existen en el sector empresarial.
Gutiérrez fue claro al señalar que la reforma, en su estructura actual, despierta una «alta preocupación» entre los gremios y empresarios no solo en Tolima, sino en todo el país. El director de Fenalco explicó que, si bien la legislación está diseñada para fortalecer los derechos de los trabajadores que ya cuentan con un empleo formal, no aborda las necesidades de quienes están desempleados, ni facilita la generación de nuevos puestos de trabajo.
“Es una reforma que no está pensando en la gente que hoy no tiene empleo,” afirmó Gutiérrez. En el contexto de Ibagué, una ciudad con tasas de desempleo alarmantes, esta omisión podría tener consecuencias graves. Según el director, la reforma plantea restricciones significativas a la contratación, lo que podría frenar la recuperación del empleo en sectores que operan bajo dinámicas específicas, como la hostelería, el entretenimiento nocturno y los municipios turísticos.
Impacto en los sectores con horarios atípicos
Uno de los puntos que más preocupa a Gutiérrez es el efecto que la reforma podría tener en los negocios con horarios no convencionales, como bares, gastrobares y restaurantes. En su análisis, mencionó que la reforma parece diseñada para un mercado laboral tradicional, con horarios diurnos, dejando de lado las necesidades de sectores que inician su actividad al final de la tarde o que dependen del flujo de turistas los fines de semana.
“Negocios que abren a las 5 o 6 de la tarde se verán particularmente afectados por las nuevas reglas de trabajo nocturno. Esto también aplica para los municipios turísticos, donde la demanda laboral solo existe los fines de semana. La reforma no está pensada para estas realidades,” explicó Gutiérrez.
El director de Fenalco Tolima subrayó que uno de los mayores retos será lograr que la reforma no afecte negativamente la ya frágil situación laboral en Ibagué. Según él, las restricciones en horarios y contratación podrían limitar las oportunidades de empleo en una ciudad que ya está luchando por reducir sus niveles de desocupación.
El tiempo como juez final
A pesar de la preocupación expresada, Gutiérrez también se mostró cauteloso, señalando que aún queda por ver cómo se implementará la reforma en la práctica y cómo reaccionarán los empresarios ante los nuevos cambios. «El tiempo dirá si la reforma fue bien o mal pensada,» concluyó.
Mientras tanto, el futuro del empleo en Ibagué permanece en vilo, en una ciudad donde la creación de oportunidades laborales es más urgente que nunca.