Asumir nuevamente la Presidencia de la Asamblea del Tolima merece comentarios, merece puntos de vista y merece explicaciones de mi parte a los tolimenses.
Lo primero que debo expresar es mi sentimiento de gratitud con mis compañeros diputados. Han visto en mi desempeño como asambleista una persona garantista, respetuosa de los diferentes puntos de vista, respetuosa de las bancadas que acompañan al Gobierno Departamental y, más aún, respetuosa de las garantías de los partidos de oposición. Ello significa respetar sus intervenciones, respetar los tiempos de expresión de cada uno de ellos y no interferir en el buen desarrollo de las diferentes plenarias y reuniones de comisiones. También debo decir que esos votos de confianza también significan una gran responsabilidad para asumir los retos a los que nos enfrentamos.
En ese sentido, como presidente de la Asamblea tengo la responsabilidad de conducir los debates para la discusión del Plan de Desarrollo que nos presente el mandato de la gobernadora Adriana Magali Matiz y su equipo de trabajo. Mi experiencia me indica que estos meses serán de trabajo dedicado para aprobar un documento donde los tolimenses se sientan representados y un documento que interprete sus sueños y sus anhelos.
Soy un convencido que ese Plan de Desarrollo del Tolima debe contener una alta carga de inversiones y responsabilidad en ejes como la seguridad, tema que nos preocupa y que en campaña denunciamos el complejo escenario que viven nuestras fuerzas armadas por el mal llamado “decreto de La Paz total” en donde el presidente Petro tiene de manos atadas al ejército, policía, fuerza aérea y armada para defender el territorio y a los ciudadanos, viendo como resultado el avance territorial de los terroristas en el sur del Tolima, vemos la aparición de panfletos amenazantes en el Sur del Tolima a nombre de las disidencias de las FARC, granadas en casas de actores políticos en el municipio de Coyaima, pasacalles y ataques al ejército en el municipio de Rioblanco, es decir todo lo que nos costó lograr en materia de seguridad y sometimiento de terroristas con la política de Seguridad Democrática se perdió gracias al desgobierno del actual Presidente Petro. A esto sumémosle la interminable ola de extorsiones desde cárceles como Picaleña nos ratifican que este debe ser el principal flagelo que debemos atacar como instituciones para generar no sólo tranquilidad en los ciudadanos sino también, a partir de allí, genera riqueza, confianza y oportunidades de desarrollo. Pero nos toca en la región, porque ya entendemos las dinámicas del Gobierno Petro, para quien pareciera que neutralizar a los grupos delictivos en las regiones como el Sur del Tolima no es la prioridad.
Valoro los primeros anuncios de la gobernadora Adriana Magali Matiz quien ha manifestado que sí está interesada en devolverle la tranquilidad a los tolimenses pero asimismo seremos críticos del desempeño que tenga la nueva Secretaría de Seguridad y Convivencia, esta fue creada, precisamente, para articular todas las estrategias de seguridad en las diferentes regiones del Tolima y esta no podrá ser inferior a las preocupaciones de los tolimenses, donde vemos con enorme preocupación que los que ejercemos una credencial y hacemos oposición a este inoperante gobierno de Petro terminemos siendo objetivo militar de las disidencias de las FARC.
Este será el año de la construcción del Plan de Desarrollo. Iremos a las regiones a preguntarle a los tolimenses porque estamos convencidos que el Departamento se construye en cada uno de nuestros municipios con una MANO FIRME Y UN CORAZÓN GRANDE.
Felipe Ferro
Diputado del Tolima
Presidente de la Asamblea departamental del Tolima.