
En un giro inesperado y explosivo, el Consejo de Ministros televisado se convirtió en un escenario de fuego cruzado dentro del mismo Gobierno. La vicepresidenta Francia Márquez, sin tapujos, arremetió contra la falta de transparencia en la administración de Gustavo Petro, dejando en evidencia profundas fracturas en el alto mando del Ejecutivo.
El episodio quedó marcado por una frase que resonará en la política colombiana: “Me duele que en este Gobierno, que yo ayudé a elegir, no haya transparencia en muchas acciones y haya muchos casos de corrupción”. Con estas palabras, Márquez dejó claro que la opacidad y los escándalos de corrupción han tocado la puerta del petrismo, un movimiento que prometió ser la alternativa ética a las maquinarias tradicionales.
Golpe directo a la Cancillería y a Benedetti
Pero la crítica no quedó en una acusación general. Márquez apuntó directamente contra la canciller Laura Sarabia, exponiendo un conflicto interno que ya venía gestándose. “No me parecen adecuadas las actitudes de Laura Sarabia con nosotros, conmigo. Me ha tocado decirle: ‘Respéteme, que soy la vicepresidenta», sentenció, dejando claro que la relación entre ambas es tensa y que, según Márquez, Sarabia ha menospreciado su rol dentro del Ejecutivo.
Además, Márquez expresó su descontento por el polémico regreso de Armando Benedetti, una figura envuelta en escándalos que sigue moviéndose en las altas esferas del poder. Su sola presencia en el Consejo de Ministros desató la molestia de la vicepresidenta, quien no ocultó su rechazo.
El tono de Márquez se tornó aún más grave al abordar la crisis de violencia en el Cauca. “Unas tías me llamaron ayer, escondidas debajo de la cama por la guerra, y me preguntaban: ‘Francia, ¿qué hacemos?’”, relató con visible angustia. Su declaración expone la desesperanza de las comunidades que siguen atrapadas entre balas, mientras el Gobierno, que se autodenomina del cambio, no ha logrado pacificar la región.
La vicepresidenta también respondió a las críticas sobre la falta de ejecución en el Ministerio de la Igualdad, asegurando que el proceso administrativo ha sido complejo y que, tras un año y medio, aún no ha logrado arrancar completamente.