
En un hecho sin precedentes en la política colombiana, el presidente Gustavo Petro decidió transmitir en vivo la reunión semanal del Consejo de Ministros, una medida que ha generado controversia y debate sobre su legalidad. Durante la sesión, quedaron al descubierto tensiones y reproches entre altos funcionarios del Gobierno.
La vicepresidenta Francia Márquez expresó su descontento con la canciller Laura Sarabia, afirmando: «No me parecen adecuadas las actitudes de Laura Sarabia con nosotros, conmigo. Me ha tocado decirle: ‘Respéteme, que soy la vicepresidenta'». Estas declaraciones evidencian una relación tensa entre ambas funcionarias.
Además, Márquez criticó la reciente designación de Armando Benedetti como jefe de gabinete, señalando su preocupación por la falta de transparencia y los casos de corrupción dentro del Gobierno. «Me duele que en este Gobierno, que yo ayudé a elegir, no haya transparencia en muchas acciones y haya muchos casos de corrupción», manifestó la vicepresidenta.
La transmisión en vivo de la reunión ha suscitado un debate sobre su legalidad y las implicaciones de exponer públicamente las discusiones internas del gabinete. Algunos expertos señalan que esta práctica podría vulnerar protocolos de confidencialidad y afectar la cohesión del equipo gubernamental.
Al cierre de la sesión, la canciller Sarabia reflexionó en sus redes sociales: «Desdibujamos este espacio», sugiriendo que la naturaleza pública de la reunión pudo haber afectado la dinámica habitual del Consejo de Ministros.
Este episodio ha abierto un debate nacional sobre la transparencia gubernamental y las tensiones internas en el gabinete de Petro. La ciudadanía y analistas políticos se preguntan sobre el impacto de estas divisiones en la gobernabilidad y en la implementación de las políticas prometidas por la administración actual.