En un acto que ha generado indignación y preocupación en la comunidad, la Alcaldía de Ibagué ejecutó un desalojo sin previo aviso a los emblemáticos Willys que venden café especial en la ciudad. Este gremio, compuesto por aproximadamente 10 vehículos icónicos, ha sido reconocido por dignificar la tradición cafetera y rendir homenaje al origen del mejor café del mundo, el Tolima. Los Willys no solo representan una atracción cultural y turística, sino que también impulsan la economía local al tributar casi un millón de pesos mensuales cada uno, aportando más de 90 millones de pesos al año.
Sin embargo, la falta de comunicación por parte de la Alcaldía ha dejado a más de 25 familias, incluidas madres cabeza de hogar, estudiantes y personas con discapacidad, en una situación desesperada. Johanna Rubio, vocera del gremio, expresó su frustración y desamparo en una entrevista: “Hace dos semanas que no podemos trabajar porque el secretario de Gobierno impide que se gestionen nuestros permisos. Los permisos vencieron el 31 de octubre y, desde entonces, hemos sido perseguidos sin ninguna explicación oficial”.
Rubio también recordó la promesa que la alcaldesa hizo al gremio, cuando en su momento les entregó una planta de paz y les aseguró que podrían continuar trabajando. Sin embargo, en un reciente intento de diálogo durante la entrega de un polideportivo, la alcaldesa se desentendió del problema y los remitió al secretario de Gobierno, quien calificó su negocio como “una cochinada”.
El gremio de Willys cafeteros no solo se siente abandonado, sino también perseguido. Según Rubio, los operativos incluyeron comparendos, el levantamiento de los vehículos y una constante vigilancia que los ha dejado sin sustento. La situación es aún más dramática para los integrantes del gremio, como un padre de familia con tres hijos con discapacidad, que ahora enfrenta un futuro incierto.
“Nosotros le estábamos tributando al municipio, cumplíamos con nuestras obligaciones y, aun así, fuimos sacados sin sensibilidad alguna, sin que la Alcaldía se tomara la molestia de dialogar con nosotros”, concluyó Rubio, quien hizo un llamado a la administración municipal para que cumpla con sus promesas y les brinde una solución justa.
Este desalojo pone en riesgo no solo el sustento de decenas de familias, sino también la imagen de Ibagué como parte fundamental del corazón cafetero de Colombia. El gremio de Willys cafeteros seguirá buscando respuestas y esperando un diálogo que les permita retomar su labor, enalteciendo el café tolimense que tanto orgullo ha dado a la región.
