Este pasado jueves la Conferencia Episcopal de Colombia, a través del Secretariado Nacional de Pastoral Social, manifestó su preocupación ante la escalada de acciones violentas que se están presentando en varios lugares del país, a causa del paro armado promovido por el ELN.
En un comunicado, firmado por monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de Quibdó y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y monseñor Héctor Fabio Henao, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social, piden al grupo guerrillero “abandonar el camino de la violencia y mostrar signos coherentes de verdadera voluntad de diálogo”.
El mensaje de la Iglesia colombiana además insta al Estado a «la protección efectiva e integral de los territorios afectados y el reconocimiento de la agudización del conflicto». Además, exhortan a la sociedad civil a mantener en las elecciones «un decidido compromiso democrático que permita construir un país mejor, sin violencia y
con justicia social». «Exigimos al ELN y a todos los grupos armados el respeto al derecho internacional humanitario y reflexionar en torno a las múltiples afectaciones que causan a nuestro país y lo precipitan hacia un absurdo río de sangre y odio», reiteran en el comunicado.
En la misiva también hacen un llamado a respetar la vida, a buscar caminos de diálogo y “a abandonar los caminos de la intolerancia y la violencia -que tanto despojo, dolor y muerte han dejado- y emprender juntos las sendas de la amistad social, vía preciosa para consolidar una sana convivencia”. El mensaje de los representantes de la Iglesia concluye con un saludo de solidaridad hacia las personas y comunidades que se han visto afectadas por amenazas, heridas y confinamiento.
