
En tan solo unas semanas, la tierra se ha movido peligrosamente 30 veces en 17 localidades, mientras que las aguas han anegado 23 zonas en otros siete puntos del Tolima.
La situación es crítica, y la respuesta de las autoridades no se ha hecho esperar. Catorce municipios ya han declarado la calamidad pública, buscando recursos y apoyo para atender a las familias afectadas. Entre ellos se encuentran Rovira, Melgar, Líbano y Ortega, zonas donde la fuerza de la naturaleza se ha manifestado con mayor intensidad.
Pero la amenaza no termina ahí. El IDEAM ha puesto en alerta naranja a ocho municipios más, incluyendo la capital, Ibagué. El riesgo de deslizamientos es alto en Coello, Espinal, Falan, Guamo, Prado, Purificación y San Luis, lo que mantiene en vilo a sus habitantes.
La secretaria de Gestión del Riesgo, Ericka Lozano, hace un llamado urgente a la precaución. «Por favor, eviten acercarse a los ríos en estos días. La fuerza del agua es impredecible y puede ser fatal. También es vital revisar nuestras casas y alrededores, limpiando canales y asegurándonos de que el agua pueda correr sin problemas».
La recomendación es clara: informarse solo por los canales oficiales y estar listos para actuar si las autoridades lo indican. Los equipos de emergencia están desplegados, trabajando en coordinación con los municipios para responder a cada llamado. El Tolima enfrenta un momento difícil, pero la solidaridad y la prevención son las mejores herramientas para superar esta emergencia.