
El fantasma de un paro de busetas que amenazaba con colapsar la movilidad en Ibagué quedó descartado. Luego de cuatro días de intensas negociaciones, la alcaldesa Johana Aranda logró acuerdos con el gremio transportador, evitando la suspensión del servicio público colectivo e individual en la ciudad.
La tensión entre transportadores y la Administración Municipal se mantenía alta por el aumento de costos y la sobreoferta de vehículos. Sin embargo, tras las mesas de diálogo, la mandataria anunció la creación de un Fondo de Estabilización Tarifaria, que permitirá cubrir los sobrecostos sin afectar el bolsillo de los usuarios.
«Sabemos que un paro afectaría a miles de ibaguereños, por eso hemos trabajado en soluciones concretas para garantizar el servicio y mejorar las condiciones del transporte en la ciudad», declaró la alcaldesa.
Entre los compromisos adquiridos, también se evaluará la viabilidad jurídica y técnica para la implementación de un fondo común de calidad, que ayudaría a enfrentar el problema de sobreoferta y chatarrización del parque automotor.
Garantizan operación y lucharán contra la ilegalidad
Para asegurar la continuidad del servicio, la Alcaldía expedirá las tarjetas de operación con la vigencia establecida en el Decreto 1079 de 2015, lo que permitirá que los buses y colectivos sigan circulando sin interrupciones.
Además, la administración municipal se comprometió a reforzar los operativos contra el transporte ilegal, uno de los puntos más sensibles para los transportadores.
Con estos acuerdos, la movilidad de Ibagué seguirá funcionando con normalidad, aunque el gremio transportador seguirá vigilante ante el cumplimiento de los compromisos pactados.