
El presidente Gustavo Petro arremetió duramente contra los alcaldes y gobernadores que rechazaron su propuesta de declarar el martes como día cívico para incentivar la participación en las marchas en defensa de la reforma laboral, cuyo archivo fue aprobado por la Comisión Séptima del Senado.
«Precisamente para trabajar hay que parar. Alcaldes de la miseria que dejan a sus ciudades sin agua», expresó Petro, en una clara referencia al alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, quien anunció que la capital no se acogería a la declaratoria.
Petro también criticó a los mandatarios locales por «golpear a los habitantes de calle y vendedores ambulantes» en lugar de enfrentar a los «voraces especuladores de la tierra y el agua». Además, advirtió que «mañana el que despida a un trabajador por ir a la marcha del pueblo será sancionado por la justicia humana».
Entre los alcaldes que rechazaron la declaratoria se encuentran Federico Gutiérrez (Medellín), Alejandro Eder (Cali), Jaime Beltrán (Bucaramanga), Carlos Fernando Galán (Bogotá), Dumek Turbay (Cartagena), Carlos Pinedo (Santa Marta), Alexánder Baquero (Villavicencio) y Johana Aranda (Ibagué). A ellos se suman los gobernadores Dilian Francisca Toro (Valle del Cauca), Andrés Julián Rendón (Antioquia) y Adriana Magali Matiz (Tolima).
La mayoría de los mandatarios argumentaron que no es momento de detener las actividades productivas, aunque garantizarán el derecho a la protesta pacífica. «No existe mejor política social que la generación de empleo», afirmó el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez.
Por su parte, Jaime Beltrán, alcalde de Bucaramanga, sostuvo: «Bucaramanga es una ciudad productiva, con deberes en el servicio ciudadano que no pueden parar».
A pesar de la fuerte oposición de los gobernantes locales, Petro mantiene su postura y asegura que la movilización social es clave para defender los derechos laborales y evitar el archivo definitivo de la reforma.