
En un giro polémico y contundente, el alcalde de Medellín, Fico Gutiérrez, ex candidato presidencial de Colombia, anunció una serie de medidas drásticas tras los hechos violentos ocurridos el pasado jueves 26 de septiembre en el estadio Atanasio Girardot. Durante el partido, que terminó en enfrentamientos entre hinchas del Atlético Nacional y las autoridades, 25 personas resultaron heridas, dos de ellas de gravedad.
La administración de Gutiérrez no ha dudado en tomar una postura fuerte frente a estos actos de violencia. En su pronunciamiento, el mandatario informó que Medellín cerrará sus fronteras a hinchas de otras ciudades para los partidos del equipo Atlético Nacional, medida que aplicará durante todo lo que resta de 2024 y a lo largo de 2025. “Aquí no vamos a permitir que los violentos sigan desangrando el fútbol”, declaró el alcalde con firmeza.
Además, a los 10 hinchas que ya fueron identificados como responsables de los disturbios, se les imputará el delito de tentativa de homicidio. Gutiérrez enfatizó que no se trata solo de sanciones administrativas, sino de acciones judiciales con el fin de desmantelar las redes violentas que rodean a las barras.
Medidas inmediatas y futuras restricciones
Entre las sanciones iniciales, el estadio Atanasio Girardot será cerrado durante dos fechas para los partidos de Atlético Nacional. Durante ese mismo periodo, las tradicionales banderas y trapos estarán prohibidos en todas las tribunas. Sin embargo, en la tribuna norte, donde se ubica la barra implicada en los enfrentamientos, esta prohibición se extenderá por el resto del torneo.
“El cierre de dos fechas es solo el comienzo. Si después de la sanción no se garantizan condiciones seguras para los hinchas, podríamos extender la medida”, afirmó Gutiérrez, subrayando la posibilidad de un castigo más severo si persiste la inseguridad en los partidos.
Las secuelas de los disturbios
Los disturbios dejaron un saldo de 25 heridos, con dos personas en estado crítico. Gutiérrez detalló que cuatro de los heridos más graves fueron trasladados en ambulancia a diversos hospitales de Medellín, entre ellos el Hospital General y el Pablo Tobón Uribe. Aunque todos los pacientes han sobrevivido, algunos permanecen bajo observación debido a la gravedad de sus lesiones.