
El anuncio oficial fue acompañado de la tradicional frase en latín: «Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam!» (¡Os anuncio una gran alegría: tenemos papa!).
El elegido es el cardenal Robert Prebos, de 69 años, oriundo de Chicago, Estados Unidos, quien se convierte en el primer pontífice norteamericano en la historia de la Iglesia. Su elección marca un hito no solo geográfico, sino también pastoral: Prebos es reconocido por su cercanía con las comunidades migrantes y latinoamericanas, con quienes ha trabajado durante décadas como defensor de los derechos humanos y promotor de la justicia social.
La designación de Prebos se produjo durante la segunda jornada del cónclave, tras lo que se estima fue el cuarto escrutinio, evidenciando un consenso relativamente rápido entre los 133 cardenales reunidos en el Vaticano.
La elección ocurre tras el fallecimiento del Papa Francisco, ocurrido el pasado 21 de abril, y pone fin a una etapa de profundas transformaciones dentro de la Iglesia. Francisco será recordado por su compromiso con los pobres, su impulso a las reformas internas del Vaticano y su llamado a la acción frente al cambio climático y las desigualdades sociales.
Aún se espera el nombre pontificio que adoptará el nuevo papa, quien en las próximas horas ofrecerá su primera bendición Urbi et Orbi desde el balcón de la Basílica de San Pedro ante miles de fieles congregados.
El Vaticano y el mundo católico entran así en una nueva etapa, marcada por un liderazgo inédito que genera grandes expectativas dentro y fuera de la Iglesia.
En 1977 ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín (O.S.A.) en la provincia de Nuestra Señora del Buen Consejo, en San Luis. El 29 de agosto de 1981 emitió sus votos solemnes. Estudió en la Unión Teológica Católica de Chicago, donde se diplomó en teología.




