
En Colombia, el desempleo sigue siendo uno de los desafíos más apremiantes, afectando especialmente a los jóvenes y a las mujeres. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en 2024 la tasa de desempleo nacional se mantiene por encima del 10 %, y en ciudades como Ibagué, los niveles de informalidad y falta de oportunidades laborales agravan la situación. Ante este panorama, es urgente articular estrategias desde la base comunal para impulsar el emprendimiento como un mecanismo de reactivación económica y generación de empleo.
El papel de las Juntas de Acción Comunal y los administradores locales
Las Juntas de Acción Comunal (JAC) han sido históricamente espacios de participación ciudadana, pero su potencial como dinamizadoras del emprendimiento aún no ha sido plenamente aprovechado. La creación de comisiones empresariales dentro de las JAC permitiría estructurar proyectos productivos locales, generando una sinergia con las Juntas de Administradores Locales, las cuales pueden facilitar la interlocución con los gobiernos municipales y departamentales para el acceso a recursos y programas de apoyo.
Un ejemplo exitoso de este modelo ha sido la articulación de microempresarios con fondos de desarrollo local en otras regiones, lo que ha permitido que pequeños proyectos escalen y se conviertan en motores de la economía barrial. En Ibagué, este enfoque podría potenciar iniciativas en sectores como el comercio, la agroindustria y los servicios digitales, aprovechando las capacidades de la población joven y femenina, que representan una gran fuente de innovación y creatividad.
Juventud y mujeres: protagonistas del cambio
Las Comisiones de Juventud dentro de las JAC pueden jugar un papel determinante en la formación y orientación de nuevos emprendedores. En muchas ocasiones, los jóvenes tienen ideas innovadoras, pero carecen de acceso a financiamiento y redes de apoyo. Mediante una articulación con programas nacionales como los Laboratorios Microempresariales del Ministerio de Cultura o el Fondo Emprender del SENA, se pueden generar espacios de capacitación y asesoría técnica.
De igual manera, las mujeres han demostrado un alto impacto en el desarrollo de emprendimientos sostenibles. Iniciativas como las asociaciones productivas o cooperativas han permitido que grupos de mujeres fortalezcan sus negocios a través de modelos solidarios. Es fundamental que estos esquemas sean promovidos y respaldados con políticas públicas eficientes que faciliten el acceso al crédito y a los mercados.
El rol del gobierno y la cooperación internacional
El ecosistema emprendedor no puede desarrollarse sin el respaldo de las instituciones. El Departamento para la Prosperidad Social (DPS), Colciencias (ahora Minciencias) y las distintas carteras ministeriales tienen herramientas que pueden ser canalizadas a través de las estructuras comunales para maximizar su impacto. Asimismo, la cooperación internacional ha demostrado ser una fuente clave de financiamiento y asistencia técnica en proyectos de economía solidaria.
Algunos programas internacionales han beneficiado a pequeñas comunidades en el país con financiamiento para proyectos productivos y capacitación en modelos de negocio. La clave está en que las JAC y los Administradores Locales actúen como puentes entre los emprendedores y estas oportunidades, promoviendo una gestión efectiva de los recursos.
Construyendo un modelo sostenible
Para que el emprendimiento comunal sea realmente sólido, se requiere una organización estructurada bajo modelos que han probado su efectividad. Las cooperativas, las asociaciones productivas y las sociedades por acciones simplificadas (SAS) permiten que los pequeños empresarios tengan acceso a ventajas tributarias, estabilidad financiera y una mayor capacidad de negociación.
Un sistema que combine estas figuras legales con el respaldo de los entes gubernamentales y la sociedad civil permitirá que el emprendimiento deje de ser una opción marginal y se convierta en un verdadero motor de desarrollo económico en Ibagué y el país.
Es hora de que pasemos del discurso a la acción. Con una articulación efectiva entre las Juntas de Acción Comunal, las Comisiones de Juventud y los Administradores Locales, podemos construir un modelo de emprendimiento que transforme nuestras comunidades, brinde oportunidades reales a los jóvenes y mujeres, y dinamice la economía local de manera sostenible.
Por: Miguel Hernando Moreno Arciniegas – Abogado