
Las autoridades de salud de Ibagué han intensificado los controles a los balnearios de la ciudad, lo que llevó al cierre indefinido de un establecimiento en la vereda Ambalá, sector El Rodadero. La medida se tomó debido al incumplimiento de la normatividad sanitaria y la falta de documentación requerida para su funcionamiento.
Según la legislación vigente, las piscinas deben contar con mecanismos de seguridad como alarmas de agua, detectores de inmersión, cubiertas antiatrapamiento y sistemas de liberación de vacío. Además, es obligatorio que los menores de 12 años solo ingresen bajo la supervisión de un adulto.
Los propietarios también tienen la responsabilidad de garantizar que la calidad del agua cumpla con las normas sanitarias y, en épocas festivas, deben disponer de personal salvavidas. Otros requisitos incluyen la presencia de un botiquín de primeros auxilios, flotadores, un teléfono para emergencias y la señalización visible de la profundidad de la piscina.
Las autoridades seguirán realizando inspecciones en los diferentes balnearios de la ciudad para garantizar la seguridad de los ciudadanos y evitar riesgos en estos espacios de recreación.