
Este logro, que destaca en un país donde la violencia persiste en muchas regiones, ha generado un llamado de sus habitantes al Gobierno Nacional para que reconozca y apoye su ejemplo de convivencia.
La comunidad de Piedras atribuye su tranquilidad a la fuerte unión entre sus residentes. Testimonios locales resaltan la paz que se respira en el municipio, donde la vida transcurre sin los sobresaltos de la violencia. La longevidad de sus habitantes se presenta como un símbolo de esta paz, donde las muertes son atribuidas a la vejez y enfermedades, y no a actos violentos.
Sin embargo, este logro no ha sido fácil y los líderes locales consideran que merece un reconocimiento tangible. Se argumenta que, así como se destinan recursos a municipios afectados por la violencia, Piedras debería recibir apoyo para fortalecer su desarrollo en áreas como educación, salud e infraestructura.
Este caso pone de relieve la posibilidad de construir comunidades libres de violencia y la importancia de reconocer y apoyar a aquellos territorios que logran mantener la paz.