Por esta época, los movimientos, los partidos y los que desayunan, almuerzan y cenan política empiezan a proponer y a “poner en el sonajero” quienes podrían llegar a los cargos de elección popular en las regiones.
Un nombre que empieza a ser considerado, con serios argumentos, es el del exdirector de la Corporación Autónoma Regional Cortolima, Jorge Enrique Cardoso Rodriguez, quien en la actualidad se desempeña como asesor de la Comisión de Regulación de Energía y Gas CREG.
Varias son las razones por la cuales el nombre de este profesional podría ser llamado por el partido rojo a postularse como candidato al primer cargo del Tolima por elección popular. El último gobernador liberal fue Luis Carlos Delgado Peñón a quien en los últimos meses ya no se le ve por la Tercera, aparentemente por quebrantos de salud. Desde el 2016 le entregó el mandato a Óscar Barreto y los liberales han debido conformarse con mirar desde el emblemático palo de mango hacia el piso 1o donde hoy atiende la conservadora Adriana Magali Matiz.
Uno de los argumentos es el desgaste de los hermanos Mauricio y Guillermo Alfonso Jaramillo. Mauricio quedó por fuera de la contienda anterior por una inhabilidad que le notificaron cuando participaba en la carrera por la Gobernación; y Guillermo Alfonso, más jugado a la izquierda petrista, no goza del mejor aprecio en las bases liberales. A los dos, si bien es cierto los respetan, algunos sectores les piden que mejor se pensionen para dar paso a sangre nueva, menos contaminada y más renovada.
El mal arranque tempranero del exalcalde de Ibagué, Andrés Fabián Hurtado, es otra de las razones por las cuales muchos consideran que no tiene ninguna opción para pelear de tú a tú a su exjefe Óscar Barreto. Ya dinamitó la confianza con los aliados que logró conquistar para conseguirle la alcaldía a su pupila Johana Aranda. Ya no está Juan Guillermo Beltrán, la figura más importante de Cambio Radical. Las relaciones con Carlos Edward Osorio y Felipe Ferro del Centro Democrático se deterioraron en pocos meses. El choquismo-gonzalismo, según un alto dirigente de esa ala poderosa conservadora, “ni de fundas” lo acompañarían.
De igual manera, la que parecía próspera y futurista alianza con la familia Yepes-Porras se empezó a fisurar hace pocos días con la mención generosa de la diputada Yuly a la gobernadora Matiz por cuenta de la Cumbre de Diputadas que organizarán las dos dirigentes en el próximo mes de julio. La reacción de Hurtado, aparte del reclamo airado, fue ordenar escribir una nota en contra de la esposa del curtido Jaime Yepes en uno de los portales que siguen las instrucciones del exalcalde de Ibagué. Ese desencuentro tendría a los Yepes pensando en pausar las correrías por municipios tolimenses. A Hurtado sólo le queda la alcaldesa Johana Aranda, de quien se dice en círculos cercanos que la tiene “hasta la coronilla” porque la asfixia tanto que no la deja gobernar y menos brillar.
Así las cosas, así el panorama, muchos miran con aprecio a Jorge Enrique Cardoso. Saben que el sentimiento liberal está ahí en el corazón de muchas regiones. Saben que el barretismo ya presenta el desgaste de más de una década al frente de la Administración Seccional, precisamente, por el exceso de concentración de poder que no oxigena mucho a sus aliados de turno. Saben que si el candidato de esa organización es Ricardo Orozco le sacarán todos los “pecados capitales” que le tienen guardados y será fácil ganarle.
De Jorge Enrique Cardoso dicen que cuando fue director de Cortolima respetó y fortaleció a sus aliados políticos que le permitieron gobernar los destinos ambientalistas, sin ningún problema, durante dos periodos. Lo califican como un “gran señor” y el último liberal de linaje purasangre que le queda a la colectividad roja para volver a aspirar, con opción real, a la Gobernación del Tolima. Le abonan una gran capacidad de negociación y ya varios dirigentes de diferentes partidos le han manifestado que podrían acompañar una posible aspiración suya al cargo.
