
La fiebre amarilla ha encendido las alarmas en el Tolima. En las últimas semanas, los casos han aumentado de manera preocupante, dejando hasta ahora 16 contagios confirmados y 6 fallecidos, según informó Katherine Rengifo, secretaria de Salud del Tolima.
El brote se mantiene activo en el Bosque Galilea, afectando a los municipios de Villarrica, Cunday, Prado y Purificación, mientras que Dolores, aunque no tiene casos confirmados, hace parte de la zona de riesgo. Sin embargo, la preocupación crece en Ibagué, pues la ciudad es la puerta de entrada al departamento, lo que podría facilitar la propagación del virus si no se toman medidas urgentes.
Una enfermedad más mortal y agresiva
Uno de los hallazgos más inquietantes de este brote es que la fiebre amarilla está mostrando una evolución atípica. Según Rengifo, los pacientes no presentan síntomas iniciales graves, pero en cuestión de días desarrollan fallas orgánicas fulminantes y fallecen.
«Nos preocupa que los pacientes llegan al hospital sin síntomas alarmantes, pero cuando les hacemos exámenes, sus valores no son compatibles con la vida. En dos a cuatro días, hacen fallas multiorgánicas y mueren», explicó la funcionaria.
La mayoría de los afectados son adultos jóvenes entre 20 y 50 años, una población que hasta ahora no estaba inmunizada porque la fiebre amarilla no era una amenaza en la región.
El riesgo de un cierre total
La gravedad del brote es tal que el Ministro de Salud ha advertido que, si los casos siguen aumentando, se podrían cerrar veredas e incluso municipios enteros.
«Si la gente sigue sin vacunarse, podríamos llegar a un punto en el que toque cerrar todo. Esto no es un juego, la fiebre amarilla está matando gente rápidamente y necesitamos tomar medidas urgentes», enfatizó Rengifo.
Esto supondría un duro golpe económico para la región, especialmente para los campesinos que dependen del comercio y la movilidad entre municipios.
¿Ibagué en riesgo de un brote masivo?
Ibagué se ha convertido en un punto clave en la contención de la enfermedad, ya que es el epicentro del tratamiento de los pacientes. El Hospital Federico Lleras Acosta es el centro de referencia para los casos graves, y aunque por ahora tiene capacidad para recibir más pacientes, el temor a una sobreocupación es latente.
Las autoridades han hecho un llamado urgente a la Secretaría de Salud de Ibagué para reforzar los controles y garantizar que el manejo de los pacientes no propague