
El segundo ‘Día sin Carro y sin Moto’ voluntario en Ibagué terminó con balance agridulce. Aunque la jornada fue impulsada por la Alcaldía con el objetivo de promover la movilidad sostenible y la conciencia ambiental, gran parte de la ciudadanía manifestó inconformidad, al considerar que la medida no generó cambios visibles en el tránsito de la capital tolimense.
Varios ciudadanos entrevistados aseguraron que la falta de obligatoriedad y de sanciones hizo que muchos conductores usaran sus vehículos con normalidad. “Este día funciona siempre y cuando sea obligatorio, de lo contrario son los mismos trancones. El tráfico es el mismo y saqué mi vehículo para transportarme a mi trabajo”, comentó una de las participantes.
A pesar de la crítica, también hubo quienes acogieron la propuesta y optaron por caminar, usar bicicleta o transporte alternativo, destacando la importancia de aportar al cuidado del medio ambiente.
La jornada incluyó actividades como ciclovía y feria de movilidad sostenible, pero dejó al descubierto el reto cultural que representa fomentar la participación ciudadana sin medidas coercitivas. El debate sigue abierto: ¿conciencia voluntaria o medidas obligatorias para lograr un verdadero cambio?