Tolima enfrenta una crisis ambiental debido a la propagación de incendios forestales que afectan cerca de 20,000 hectáreas de cobertura vegetal en el departamento. Hasta el momento, se registran ocho incendios activos, principalmente en los municipios de Natagaima y Ataco, pese a las lluvias recientes que no han logrado sofocar los puntos de calor.
La situación es crítica en Natagaima, donde se ha descrito el siniestro como un «megaincendio», un fenómeno sin precedentes en la región. Las autoridades han solicitado apoyo aéreo debido a que las capacidades locales no son suficientes. Cerca de 250 unidades del cuerpo de bomberos, incluyendo brigadas indígenas y voluntarios de Bogotá, luchan por controlar las llamas.
En municipios como Ortega, los incendios han sido controlados, pero aún quedan cinco focos activos en diversas zonas del departamento. La gobernadora de Tolima, Adriana Magali Matiz, confirmó que se han extinguido las llamas en municipios como Coyaima, Prado, Dolores y Alpujarra, pero el daño ya es considerable. Además de la pérdida de vegetación, más de 700 familias, particularmente agricultores, han sido afectadas, perdiendo sus cultivos y viendo comprometidos sus acueductos, lo que ha generado racionamientos de agua en localidades como Natagaima y Coyaima.
La Directora de Cortolima, Olga Lucía Alfonso, informó que el 25% de los bosques secos del departamento han sido afectados, y la situación se agrava en áreas protegidas. Se presume que muchos de estos incendios han sido provocados, y ya se ha capturado a un sospechoso en Natagaima por iniciar una quema ilegal.
El Director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo, Carlos Carrillo, subrayó la importancia de legislar sobre el manejo integral del fuego en lugar de politizar la crisis. Asimismo, destacó que el gobierno nacional solo puede intervenir cuando se agotan las capacidades locales, y señaló que la mayoría de los bomberos en la región son voluntarios, lo que limita la capacidad de respuesta ante emergencias de esta magnitud.
Las autoridades hacen un llamado a la ciudadanía para prevenir y denunciar prácticas ilegales de quemas, y advierten que el cambio climático está exacerbando la intensidad de estos incendios. Mientras tanto, la región se prepara para un plan de contingencia ante la posible escasez de agua y la afectación ambiental de largo plazo.