
El gobierno del presidente Gustavo Petro, el primer mandatario de izquierda en la historia de Colombia, cumple dos años en medio de polémicas, investigaciones y señalamientos a varios miembros de su círculo cercano, y varios avances sociales y ambientales.
En cuanto a los logros, se destacan la aprobación de la reforma tributaria y pensional, sus mayores victorias políticas en el Congreso, la recuperación de la mesada 14 para la Fuerza Pública, la reducción histórica de la deforestación el año pasado y los pasos en formación digital, conectividad y apuesta por la inteligencia artificial.
la polarización política puede ser considerada como la marca predominante de los primeros 731 días del mandatario en la Casa de Nariño, una situación que se ha masificado por los cuestionamientos que desde varios sectores le formulan.
El escándalo de corrupción en la UNGRD es lo que tiene la mirada de la opinión pública y la Fiscalía puesta en el alto gobierno y se suman a las investigaciones por las cuentas de la campaña presidencial, el caso de la exniñera de Laura Sarabia, la actual directora del Dapre, y el caso de su hijo de Nicolás Petro, señalado de enriquecimiento ilícito.
Las variaciones en la ejecución presupuestal de los ministerios, el bajo crecimiento económico, con una situación fiscal apretada y algunos planes de reactivación han marcado su política de Hacienda. En los últimos dos años, la economía colombiana experimentó un proceso de desaceleración, que incluso la llevó a rozar la recesión.
Aunque finalmente escapó, el país cerró el 2023 con un crecimiento de 0,6 por ciento, el peor dato —sin tener en cuenta el periodo atípico de la pandemia— desde la crisis financiera de 1999, y a día de hoy no ha logrado despegar.
Considerado como el primer presidente de izquierda de Colombia, Petro prometió cambio, pero en el camino ha tenido más tropiezos que aciertos.
Si midiéramos el mandato presidencial en Colombia en términos futbolísticos, Gustavo Petro acabó su primer tiempo. Hoy 7 de agosto se cumplen dos años exactos desde que el ex miembro del M-19, economista y destacado excongresista recibió la banda presidencial en la Plaza de Bolívar de manos de la senadora María José Pizarro –hija de Carlos Pizarro, líder asesinado de la guerrilla.
Su discurso ese día, cargado de simbolismos, anunciaba lo que sería su mandato. Antes de dar sus palabras en la plaza a reventar de público y millones de colombianos a la expectativa, rompió el protocolo y le pidió a la Casa Militar de Presidencia que trajera inmediatamente la espalda de Bolívar que el M-19 había robado casi 50 años atrás y luego devolvieron cuando se desmovilizaron en 1990. 18 minutos después, la espada del libertador pasó en frente de varios jefes de Estado del mundo, entre ellos el Rey Felipe VI de España, quien no se puso de pie. Histórico.