Con el paso de los días aparece una nueva postura “cantinflesca” del ministro tolimense de Salud. Es lamentable ver sus reiterados desaciertos en los temas cruciales para Colombia.
Empezaré por la Reforma a la Salud. Desde hace varios meses, varios senadores le han pedido al ministro de Hacienda el aval fiscal para el financiamiento de la reforma porque está claro que el ministro Jaramillo no conoce cuánto vale la tal reforma de salud que celebro cuando aprobaron de manera irresponsable la mayoría aplastante de Petro en la Cámara de Representantes.
Hace algunos días, cuando reapareció en Colombia un nuevo brote de COVID-19, al ministro tolimense salió una “cortina de humo”, de la noche a la mañana se convirtió en un negacionista de la efectividad de las vacunas que salvaron miles de vidas durante la pandemia. Dijo, por ejemplo, que habíamos sido una especie de conejillos de indias y que los laboratorios habían experimentado con nosotros. Nada más falaz, todos sabemos que gracias a esta estrategia de vacunación emprendida por el gobierno del presidente Iván Duque se pudieron salvar miles de vidas, ante la avalancha de contagios del letal COVID-19.
La verdad es que desde que asumió la cartera de salud el ministro tolimense le declaró la guerra sin cuartel a las EPS. En la narrativa de Jaramillo estas empresas se han convertido en focos de corrupción y han dilapidado los recursos de los colombianos. Ya les puso el INRI de la liquidación y la desaparición; cuando todos recuerdan, como era en la época del caduco Seguro Social que fue el peor ejemplo histórico en el manejo de los recursos estatales de la salud.
Mientras eso pasa en Bogotá, en nuestra Capital Musical de Colombia el dengue se ha convertido en una de las principales preocupaciones de las autoridades de la salud. Al finalizar la semana anterior la propia secretaria de Salud municipal declaró el sistema en emergencia ante el creciente número de contagios de esta enfermedad que puede ser mortal. Pero está claro que al ministro tolimense pareciera no interesarle este tipo de enfermedades que afectan, dramáticamente, a nuestra población y, especialmente, a nuestros niños y jóvenes.
Y eso sin contar la nula inversión en la infraestructura hospitalaria de nuestro departamento por parte del Ministerio de Salud. Hasta hoy, luego de casi 18 meses del Gobierno Petro, todo se le ha ido en anuncios, regaños, subidas de tono y groserías; a lo que este ministro nos ha tenido acostumbrados.
Ahora se le ocurrió proponer otra Reforma Tributaria. Anda desesperado vendiendo ese embeleco en cuanto encuentro le dan micrófono, espero que el Congreso, en su sano entender, NO apruebe meterle más la mano al bolsillo de los colombianos; sobre todo, viniendo de un Gobierno derrochador que no sabe para dónde va. Los tolimenses que tenían la esperanza de inversiones de parte del nefasto gobierno de Petro, o del ministro tolimense, se quedarán con los crespos hechos.
Felipe Ferro – presidente Asamblea del Tolima,