Algunos creerán que esto es una frase de cajón, pero no es así, es la realidad; para que nuestro departamento sea grande necesitamos mejorar en materia de seguridad, cuando digo mejorar, es meterle el diente y hacer frente a las problemáticas que viven miles de tolimenses en las zonas rurales y más apartadas.
El refuerzo de seguridad para el departamento no puede ser solo para el domingo 29 de octubre, día de las elecciones, lo que se requiere es que la presencia de uniformados sea permanente en las zonas rurales que a diario se enfrentan a la violencia, el hurto y la extorsión. A veces pareciera que estos temas ya no existieran, vivimos más preocupados y pendientes de los trinos que publica el presidente Petro, que de lo que realmente merece nuestra atención: la gente de carne y hueso y su realidad.
El tema de inseguridad en el departamento requiere además de la presencia de la fuerza pública, del esfuerzo de los gobernantes, quienes en sus planes de gobierno deben contemplar medidas, soluciones, alternativas y estrategias reales para disminuir los riesgos de inseguridad en cada uno de los municipios del Tolima.
La problemática de inseguridad también se agranda cuando el alumbrado público es ineficiente en las vías del país, cuando la policía y el ejército no cuentan con sus herramientas completas y en buen estado como los carros, motos, armas, radios, entre otras; cuando las vías están sin terminar y en vez de acercar a la gente la alejan. Las zonas rurales son las más golpeadas por estas ineficiencias, son las más olvidadas y las más vulnerables.
El 29 de octubre es un día decisivo, se elige esa junta directiva que destrabará o enredará a la ciudad y el departamento. La invitación es a que se pongan la mano en el corazón y elijan a esas personas que más resultados le han traído a la gente.
Miguel Bermúdez – concejal de Ibagué